Todas las cosas de todas las cosas.
por @JBozsik2
CAPÍTULO 1: ANÁLISIS DEL RENDIMIENTO.
Entrenadores como Conte, Guardiola, Tite solo creen en el rendimiento y la fortuna. El rendimiento sería el uso de la ciencia para limitar lo imprevisto y hacer que las situaciones de juego sean reproducibles (por lo tanto, tan controlables como el punto de ebullición del agua).
Todo en el fútbol sería entrenamiento, método, repetición, preparación. Aún así, el resultado no sería exacto debido a la suerte. Tu equipo juega mucho, ejecuta el plan de manera perfecta y pierde porque ‘el fútbol es fútbol’ y la suerte también está ahí.
Por eso, este tipo de entrenador concentra todas sus energías en controlar al máximo los eventos del partido, haciendo del entrenamiento una especie de ensayo incansable del partido. Creen que utilizan los métodos de la ciencia para controlar la naturaleza del juego, los jugadores y los hombres.
Tratan la fortuna como algo anárquico, imprevisible e incontrolable. Dedican todo su tiempo a controlar el rendimiento de cada ser. Si el resultado no llega, dos posibilidades: a) error humano del jugador; b) mala fortuna. Reducen el elemento humano al análisis de rendimiento.
CAPÍTULO 2: LOS MAESTROS
Entrenadores como Ancelotti, Pellegrini, Wenger, Diniz también creen que el rendimiento y la fortuna son parte del juego, pero insertan un tercer elemento que domina y modula a los otros dos: liberar a las fuerzas de la naturaleza.
Este tipo no busca el control absoluto de cada situación, sino que se preocupa más por desarrollar la fuerza interior de cada jugador. Para ellos, lo imprevisible no es un enemigo que precisa ser domado, porque la creatividad del individuo es imprevisible y el mayor de los dones.
Este estilo busca dar rienda suelta al caos interior de cada jugador, no esconde este trasfondo insobornable, sino que trata de desarrollar el autocontrol y la autoconciencia para que sus fuerzas naturales sean canalizadas hacia el arte. Extraen lo imposible de cada uno.
Los maestros enseñan sobre la ambivalencia de la vida. No entregan un reporte de rendimiento con los pasos que se deben seguir. Cuando el juego exige la creación de lo imposible, los maestros sobrepasan a los científicos. Buscan lidiar bien con el caos del siguiente minuto.
CAPÍTULO 3: FLORENTINO PÉREZ
Florentino Pérez es un incompetente y no sabe nada de fútbol. Gracias a Dios. Florentino es el chico que tropieza con el cable y desactiva una bomba que ni siquiera sabía que destruiría el mundo. Él no sabe cómo, pero ha salvado al mundo varias veces.
Al desconfiar de los técnicos de análisis de rendimiento y confiar en el “retirado” Ancelotti, Florentino salvó al mundo. Cuando no pudo convencer a las estrellas de su ‘proyecto’, se alejó de las “estrellas del sistema” y se acercó a las libres. Florentino salvó el mundo de nuevo.
Por soberbia ingenua, extrema ineptitud política, por estúpida convicción sobre la reacción de la opinión pública, Florentino hizo inviable la Superliga. Salvó al mundo de nuevo.
Si el Real Madrid no se convirtió en la decadente selección brasileña es precisamente porque huyó de la racionalidad nihilista de los analistas de rendimiento (los pseudocientíficos), no cayó en manos de entrenadores con poca sabiduría y mucha obsesión.
Esto solo funciona porque nuestro héroe no sabe que sabe. Actúa de forma puramente intuitiva y, al final, todo le sale bien. La fortuna no es una dama anárquica y poco dispuesta. La fortuna favorece a quien baila mejor con los imprevistos, el riesgo y el desapego. Baile conmigo.
Florentino Pérez ha sido la fortuna del fútbol. Sin saberlo, convirtió al club más grande del mundo en una potente resistencia a los prepotentes y pretenciosos, al materialismo vulgar. La incompetencia deportiva de Florentino combinada con su intuición es muy superior a nuestra vana racionalidad.
CAPÍTULO 4: BULLSHIT, LITTLE BOY!
Todo lo que he leído sobre las perdidas de Mbappé y Haaland es puro bullshit (tonterías). Como todos los elogios que leí sobre la llegada de Hazard. Como todas las críticas a la llegada del ‘retirado’ Ancelotti. Fruto del razonamiento lineal, sin movimiento, de corto plazo.
Es necesario atravesar el razonamiento lineal e inmóvil del análisis de rendimiento para contemplar más a fondo lo que realmente importa y lo que pasa en el alma de los hombres. La suerte le sonríe al Madrid, a ver si nuestro héroe vuelve a tropezar de nuevo con el hilo.
Los ‘técnicos de análisis de rendimiento’ solo ven dos cosas en el mundo: competencia y suerte. Los maestros, por otro lado, aprenden que la fortuna no es aleatoriedad, una palanca de casino, sino una fuerza en la que se puede aprender, bailar y merecer su confianza.
En términos simbólicos, en algunos momentos, creamos un hilo literario que vuelve justa la “protección de los cielos”. El gran misterio del mundo es encontrar esa armonía que nos lleve al destino. Este Real Madrid encontró este camino a la perfección y nadie le desviaría de su ‘destino’.
Los idiotas de la objetividad, los groseros de los números y de las cosas visibles y decibles que sólo ven la virtud y la fortuna, ya no contemplan esta tercera dimensión: esta búsqueda de la gran historia de la humanidad que reorienta las fuerzas del destino hacia una virtud más interior.
En este sentido, no sólo todas las historias son literatura, sino que toda literatura es también una gran historia de la humanidad.
Anotaciones: Traducción, con su permiso, de un hilo de tweets del twittero brasileño @JBozsik2. Él lo recopilo mediante un mensaje que decía: “Hilo en cuatro capítulos para que entiendas todas las cosas de todas las cosas”. Por lo que decidí titularlo así: “Todas las cosas de todas las cosas”. El hilo puede leerse aquí en portugués aunque hace falta su permiso. También he recopilado un segundo hilo, más breve, donde hace un resumen de todo el sentido del hilo y da una explicación sobre el funcionamiento de las historias y su relación con el tercer elemento que les falta a los ‘técnicos de análisis de rendimiento’.