ESPERANDO A GODOT
por József Bozsik @Jozsef_Bozsik
El discurso oficial del fútbol está dominado por un racionalismo meramente instrumental. ¿De que sirve ese jugador? ¿Qué produce? ¿Reproduce el entrenamiento en los 90 minutos? ¿Toma siempre las mejores decisiones? ¿Erró lo menos posible?
Ganando o perdiendo, el Real Madrid de Carlo Ancelotti trajo una gracia sin precedentes al fútbol de clubes europeo al subvertir el discurso oficial y llevar el juego al campo de las pasiones,de los afectos y de otras formas de racionalidad.
1)La mirada contemporánea del espectador de fútbol fue moldeada en la última década para ver solo grandes actuaciones en equipos que opera igual que sus mecanismos durante 90 minutos y someten a su oponente. Sin embargo, el Real Madrid de Carlo no opera los 90 minutos como una máquina, sino que teje una dramaturgia en cada partido con sus propios ritmos de subida y bajada. Para tener 20 minutos de vida, necesitas 70 minutos de dudas, vacilaciones, aflicciones.
Muchos esperan que un equipo juegue igual durante 90 minutos y dos veces por semana. Pero el Real no juega igual ni un minuto, maneja sus ritmos y sabe crear sus propios momentos dentro de cada partido. La divina comedia humana versus la idea de máquina.
En este sentido, es interesante cómo Flamengo de Dorival hizo lo mismo y fue mal entendido. No jugó igual los 90 minutos, pero se comía los partidos en los momentos adecuados. Era un equipo que supo esperar y crear sus propios instantes mortales.
2)En el fútbol de hoy, muchos entrenadores hacen todo lo posible para minimizar los errores. Al primer toque, ocupar el espacio correcto, arriesgar solo cuando sea necesario, no perder el balón, tomar la decisión más seguras, etc.
Carlo defiende lo opuesto: arriesgar, cometer errores, perder el balón, luchar para recuperar, ganar ritmo intentandolo, no tener miedo de jugar, (auto)descubrirse. Cometer errores para acertar en las cosas grandes, pero también como parte del proceso de autoconciencia: volverse más seguro para los peores momentos.
Vinicius y Rodrygo ganaron personalidad porque son libres de arriesgar jugadas y acciones. Se les anima a tomar riesgos incluso si son más propensos a los errores. La estructura del Real abraza y no se avergüenza de esos errores.
3)A muchos entrenadores les gusta decir que el fútbol es una combinación de trabajo y suerte. Muchas veces, harías un trabajo perfecto, jugarías muy bien, pero perderías por acción de la casualidad. Ancelotti ve el juego como un maestro: navega por su propio destino, es amigo de la fortuna.
¿Por qué algunos entrenadores son tan buenos en los juegos de mata-mata (eliminatorios)? Porque saben que para ganar un juego de vida o muerte, donde cada acción quedará grabada en la historia, hay que amar la vida con sus ambigüedades, ser amigo de la suerte, elegir el destino por el que se va a navegar.
Un jugador abierto y aireado a las tensiones, a las ambigüedades, a las pasiones, a las irracionalidades, a los absurdos que ocurren en un campo de fútbol, está más cerca de la victoria, de tener “suerte” en la jugada decisiva que un jugador meramente concentrado en lo que debe hacer en el campo.
4)En un fútbol cada vez más vertical, el Real Madrid abusa de la pausa, sobre todo ante equipos ingleses en Champions. El Liverpool sube el volumen [1], corre a la desesperada, dispara desde cualquier parte del campo, y el Real no se asombra, baila y toca el balón.
Bailando, engañando al toro, los jugadores de la Real se deshacen de la presa adversaria hasta encontrar una oportunidad casi imperdible. No sirve de nada 30 tiros fallidos a puerta, pero haz una pausa y crea tu propio momento.
5)En un fútbol que solo habla de sistemas por encima de la calidad y características de los jugadores, Ancelotti simplemente busca elegir a los mejores y hacerlos sentir cómodos en el campo. Camavinga por el lateral, Rodrygo partiendo desde la derecha, Valverde de fuera hacia dentro. Basta con jugar bien.
6)En un fútbol cada vez más próximo a la idea de biopoder [2], donde muchos entrenadores pretenden controlar el cuerpo de cada jugador para hacerlo más dócil a la ejecución del sistema, fijando incluso un horario para el sexo, Ancelotti es pura ironía.
Él muestra que el control del cuerpo y de la vida en el fútbol es deletéreo (venenoso), inmoral, violento, irracional e inefectivo. La vida es un baile, precisa de ritmos. Está el momento del entrenamiento y de la concentración. Hay un momento de ocio y de sosiego. Somos más creativos con la cabeza aireada.
El “teatro del absurdo” de Beckett muestra la vida humana como una tragicomedia que no puede tener limitada su expresión. La incompletud, la ruina, la decadencia, la duda, el vacío, el abandono, todo eso se encuentra en una cancha de fútbol como la gran literatura. Está ahí en cada jugador.
En la vida y en el fútbol siempre estamos esperando a Godot. ¿Sabemos navegar en la espera, la angustia, o en el agotamiento? Todo está planificado y entrenado al milímetro durante la semana, pero cada nuevo segundo es el imperio de lo inesperado. Dentro y fuera del campo, vivímos cómodos con eso?
Más allá de las victorias y las derrotas, el Real de Ancelotti nos da aire porque saca al fútbol de ese racionalismo estrecho y operativo, muestra las ambigüedades, las incoherencias, los vacíos, las utopías en un campo de fútbol. Busca la frescura de la vida y no el profesionalismo militar.
[1] Volumen es la idea de que aumentar la cantidad de acciones te acerca a desarbolar al rival.
[2] Biopoder es un término acuñado por el filósofo francés Michel Foucault para referirse a la práctica de los estados modernos de “explotar numerosas y diversas técnicas para subyugar los cuerpos y controlar ala población”.
ANOTACIONES (por Mavid Data)
El texto me ha recordado algo que decía Escohotado: La utopía, además de una memez, es una inmoralidad.
En el episodio del Doctor Who: Silence in the Library; el Doctor dijo: “Necesitas una buena muerte. Sin muerte, todo serían comedias. Morir nos hace importantes”.
Recopilación de tweets de József Bozsik@Jozsef_Bozsik traducidos al español. Se aportan dos pies de página explicando algún concepto al lector y un par de anotaciones que han suscitado la lectura y traducción del texto.