El modelo Barça sigue el método daliniano
“Un armenio engañó a cuatro judíos, y tú has engañado a un armenio. Puedo asegurarte que no fracasarás en el fútbol”, le dijo una vez Arturo Bogossian, un famoso intermediario (armenio) de los años ‘70 al presidente del Elche, José Esquitino. Bogossian exigía normalmente el cobro en efectivo o un aval bancario, sin que el club pudiese probar el producto. Pero en el fichaje de Cayetano Ré y Fausto Laguardia, José Esquitino le coló un documento bancario que parecía un aval, pero no lo era.
El más internacional de los artistas catalanes del S.XX. Salvador Dalí, hacía un timo parecido. Es decir, conseguir que se aceptase un papel por algo que no era lo que el otro creía que era. Dalí firmaba en una hoja en blanco y luego sus subalternos añadían el arte. Según el marchante belga Stan Lauryssens entre el 50 y el 75% del arte atribuido a Dali es falso. O sólo hizo una parte o no lo hizo.
El periodista Ian Shank recordó en un artículo que los funcionarios de la aduana francesa encontraron un camión con 40.000 hojas de papel en blanco con la firma de Dalí. Miguel Ángel García Vega, periodista especializado en arte en El País explicó que esta exorbitante cantidad de obra falsa ha provocado que aunque Dalí sea un icono universal su obra no alcanza precios elevados en las subastas porque su autoría está perpetuamente en entredicho.
Guardiola no deja láminas en blanco, pero si ha provocado la aparición de un negocio muy similar. El tráfico de entrenadores formados en el denominado “modelo Barça” como si fuesen crías de Guardiola. Una especie de pokemon en su fase embrionaria, pero con el pedigrí de (quizás) poder llegar a ser un Guardiola adulto.
Domenec Torrent fue al Galatasaray yal Flamengo, avalado por ser ayudante de Guardiola, y cosechó sonados fracasos. El Dinamo de Tiflis fichó a Alex García por haber entrenado en las inferiores del Barcelona. Duró 7 meses. Mejor suerte tuvo Jordi Vinyals, extécnico del fútbol base que consiguió el ascenso a la Superliga con el Zhejiang Greentown. Lluís Carreras entrenó al Sagan Tosu de Primera División japonesa. Óscar García Junyent tras trabajar en las inferiores consiguió varios contratos por internacionales. Franc Artiga desde el juvenil consiguió un gran contrato para dirigir a la selección sub-20 de Emiratos Árabes y luego se marchó a Rusia. Albert Capellas tras ser segundo entrenador en el B ha conseguido moverse como segundo entrenador por todo el mundo y ahora entrena, por fin como primer entrenador, al FC Midtjylland de la liga danesa. Denis Silva del Sub-19 del Barça ha pasado a la Selección Sub-23 de Emiratos Árabes Unidos.
Carles Cuadrat empezó en las inferiores como preparador atlético y fue asumiendo más funciones con Rijkaard y, posteriormente, voló sin él, pero acompañado de otro nombre “modelo Barça”, Albert Roca, entrenaron por ejemplo a la Selección de El Salvador y a varios equipos de la India. Albert Puig, ex-director de la escuela fútbol, consiguió el puesto de director técnico de Gabón, coordinando las selecciones del país, y últimamente consiguió por fin firmar como primer entrenador del Football Club Tokyo de la J1 League.
¿Perjudica esta superproducción y exportación de técnicos con el marchamo “Modelo Barça” al prestigio de la marca y de Guardiola igual que la sobreabundancia de trabajos de Dalí perjudicaba al exiguo conjunto de su obra real? Es un tema sobre el que conviene más reflexionar que afirmar, pero lo que sí podemos decir con orgullo es que los catalanes hemos vuelto a engañar a todo el mundo.
